Piedad Privada

Realicé esta fotoperformance bajo la curaduría de Juan Carlos Romero y de Hugo O. Masoero. El comienzo de este proceso fue preguntarme el por qué nos quedamos al lado de un violento aún cuando sabemos que corremos riesgo de vida, y por qué yo estuve tanto tiempo en esa situación. Encontré que nuestras decisiones ante estos eventos están marcadas por grandes matrices culturales. Una de ellas es la piedad. Esta matriz cultural es acerca del reconocimiento y el cumplimiento hacia un otro que debe ser cuidado, es el símbolo del sacrificio por amor. La mujer desaparece detrás de ese cuerpo que atesora como una dadora misericordiosa. Una y otra vez se apiada de ese otro a pesar de las marcas que deja en ella. La piedad privada es un hueco que se llena en la intimidad, un espacio doméstico donde la violencia estalla.

Para realizar esta fotoperformance utilicé un cactus que había traído de un viaje con mi agresor. Sentada, en posición de piedad, sostengo el cactus mientras las espinas se clavan en la piel. Abrazo intentando llenar un vacío que es más doloroso que aquello que pincha.

Abrazar un vacío en la intimidad profunda

CARACTERÍSTICAS

Fotografía digital. 100 cm x 150 cm. Vinilo autoadhesivo sobre bastidor de madera en negro.

LUGARES Y AÑOS

  • IX Encuentro de performance Umbral espacio de arte. Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Agosto 2019

  • Escuela Popular de Formación en Género, UNNOBA, Pergamino. Septiembre 2015.

  • Arte, Representación y Memoria. UNNOBA. Pergamino. Noviembre 2013. Curaduría: Juan Carlos Romero y Hugo O. Masoero